LOS CUEROS DEL TRAIGUÉN


Mitos como los relatados por diversas personas de Traiguén sobre sucesos tenebrosos y escalofriantes en los antiguos caminos y campos de la comuna hay muchos, eran comunes en las conversaciones de los antiguos habitantes. Carretas fantasmas que se aparecían a los caminantes a altas horas de la noche, apariciones de muertos en el camino de Traiguén a Quino, conejos que se aparecían en los potreros a los cazadores y se transformaban en animales de gran tamaño, perros que se convierte en niños, practicas diversas de hechicería y brujería, y los tan mencionados entierros de fortunas, que según la narración enriquecieron en el pasado algunos habitantes de la zona . Estos y otros como el tue tue que anuncia muerte o pone en tela de juicio a las jovencitas; ya que por donde este pájaro canta “hay una “muchachita preñada” (embarazada), son los mitos que formaron parte de las manifestaciones culturales de generaciones.

Pero una de los relatos que más llaman la atención es la relacionada con un “cuero” que supuestamente se ve de vez en cuando en el río Traiguén. La señora Ana, contaba que hace años atrás iba cruzando el río a caballo, cuando al acercarse al agua el caballo “comenzó a intranquilizarse” y no quería descender al río. Miró detenidamente a todos lados, pensando que quizá se trataba de la presencia de un animal, al mirar en todas direcciones, observó que en el agua, algo oscuro aparecía, se asemejaba a una manta o un cuero de animal flotaba sobre una profunda poza cerca de unos árboles. Observó y no se movía, bajó del caballo y le tiró una piedra, entonces la cosa se sumergió rápidamente en la profundidad. Lo más extraño era que desde el lugar donde se sumergió el cuero, salía una espuma. La señora Ana siempre estuvo segura de que se trataba del mítico “cuero”.

Sin embargo, por esos días corría una versión también relacionada con el “cuero”, procedía de un pensionista de una casa situada cerca del río; un operador de una retroexcavadora, trabajador de una empresa que laboraba haciendo una especie de terraplén en la ribera del río comentó que mientras extraía material en el río, en un instante se percató que en la pala de su máquina llena de piedras y arena estaba una “cosa oscura que se movía”. Entonces, al depositar el material en la orilla, vio como “la cosa” se desplazó hacia el agua, desapareciendo en la profundidad. Él decía que no tenía forma de ningún animal conocido, pues no tenía extremidades, pero sin dudas se trataba de una criatura acuática, rápidamente se sumergió en el río.

Un hombre de unos 70 años comentó que cuando era joven en el sector de El Castillo, vio sobre una gran piedra en el río que había algo extendido. A la distancia parecía ser una manta o un “pellejo” de animal. Entonces, al acercarse y estando a unos veinte metros de la piedra, la cosa se deslizó rápidamente hacia el suelo y se introdujo en el agua, perdiéndose de vista. Él dice que fue a ver dónde estaba y que solo vio que en el agua había algo semejante a la espuma.

Se cuenta que más menos en 1955 trabajaba un hombre cortando árboles cerca del río, éste entregó la versión que al rededor del mediodía oyó unos gritos entre los trabajadores de un conocido agricultor fallecido, quienes señalaban algo sobre el agua, varios metros adentro. Al mirar, pudieron ver una mancha oscura que avanzaba entre dos aguas hacia la orilla. La preocupación de todos se debía a que unos niños estaban pescando. La gente se metió en el agua con palos y lanzaron piedras a la cosa, al tiempo que sacaban a los niños. “El cuero” se detuvo unos instantes, a unos cuantos metros del lugar donde estaban, y luego retrocedió como impulsándose en reversa, sumergiéndose nuevamente. La criatura era grande, extendida como un cuero de vacuno, y de color pardo oscuro. Era algo vivo, pues se desplazaba en dirección de los niños como si percibiera el movimiento que estos hacían en el agua, rápidamente se hundió, pese a la búsqueda nunca más se supo de ese “cuero”.

Una versión más antigua señala que hace años, cuando la ropa se lavaba en el río, una madre dejó a su guagua cerca de la orilla y mientras se preocupaba del enjuague de la ropa, aparece, repentinamente el cuero, envolviendo y llevándose rápidamente a la guagua, no apareciendo nunca más. Según la creencia mapuche, solo una machi puede matar un cuero vivo, siendo necesario matarlo con algunas hierbas que solo ellas saben cuáles son.

(Extracto "Cuentos y relatos del sur"; © 2018)

Comentarios