Con fecha 26 de diciembre del año 1872, el
Congreso Nacional dictó una Ley autorizando al presidente de la República, don
Federico Errázuriz, para que proceda a contratar por medio de licitación
pública la construcción de un ferrocarril de vapor, de Curicó a la ciudad de
Angol, con "un ramal a Los Ángeles", en conformidad a los planos y
especificaciones informadas por el ingeniero don Eugenio Poisson.
En sección del 25 de febrero del año 1875,
presidida por el entonces gobernador del departamento de La Laja, don Pablo
Anguita, acordó ceder a la empresa de Ferrocarriles del Estado el terreno
necesario para el establecimiento de la Estación, bodegas y demás edificios que
fuesen precisos para el objeto.
Antes de finalizar el año 1875, el
"primer Tren" hacía su entrada triunfal en la ciudad de Los
Ángeles lo que trajo una expedita y permanente comunicación con el resto del
país.
En esa época la ciudad no contaba con caminos
hacia los pueblos vecinos, en ningún sentido, sólo huellas y cada viaje en
carreta, carretillas o cabalgando era una verdadera aventura, sorteando baches,
arenales, ríos, etc.
Con la llegada del ferrocarril a la ciudad,
podemos decir que fue la única entrada a la ciudad y viceversa. Calle
Caupolicán pasó a ser una principal vía de conectividad del centro a la
estación, por ende, una principal arteria comercial, donde la afluencia de
público era masiva, una a modo de paseo y otra, a la espera de los viajeros.
Las fotografías muestran la estación, en
distintas épocas, se ubicaba en la Avenida 21 de mayo, muy cerca de la Laguna
Esmeralda; también se muestra la casa habitación del jefe de máquinas, se
ubicaba en las esquinas de la Avenida 21 de mayo con calle Ercilla.
Fuente: Reportero Patrimonial
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