Las carnicerías y los lugares de venta de pescados y mariscos, son parte del Patrimonio Cultural y Comercial de la ciudad de Curicó. Estas fotografías de los años 50 y 60, del siglo pasado, nos trasladan a la nostalgia de la atención en el mesón, donde el cliente pedía el corte de carne que deseaba, aunque no estaba en exhibición, y se le podía solicitar que le quitaran la grasa al trozo.
Trozar la carne era toda una proeza, solo para expertos, quienes ofrecían algunos cortes muy distintos a los actuales, como el "corte único" con despostado a la vista, el hueso para el caldo e incluso usted podía pedir hasta el cacho del animal para adecuarlo para la chicha del 18.
La venta de marisco era con degustación y los pescados eran envueltos en el noble papel de diario y llevados a la casa en una resistente "pilgua", especial para los mariscos y pescados.
Algunas carnicerías fácilmente tenían 20 a 80 años de existencia. En esos lapsos de años se establecen vínculos de más de una generación, tanto en las carnicerías como también en la venta de pescados y mariscos. El tiempo pasó y la ciudad cambió; pero alguno de esos lugares siguen estando ahí, y sigue el oficio del carnicero y del casero y casera de los pescados y mariscos, que pese a todo se resisten a desaparecer.
Te invito a recordar datos y anécdotas de estos lugares que sin duda han marcado hitos a través del tiempo en nuestra ciudad.
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