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CITAS: PENSAMIENTO PEDAGÓGICO DE GABRIELA MISTRAL
- Enseñar siempre: en el patio y en la calle como en la sala de clase. Enseñar con la actitud, el gesto y la palabra.
- Vivir las teorías hermosas. Vivir la bondad, la actividad y la honradez profesional.
- Amenizar la enseñanza con la hermosa palabra, con la anécdota oportuna, y la relación de cada conocimiento con la vida.
- Hacer innecesaria la vigilancia del jefe. En aquella a quien no se vigila, se confía.
- Hacerse necesaria, volverse indispensable: esa es la manera de conseguir la estabilidad en un empleo.
- Empecemos, las que enseñemos, por no acudir a los medios espurios para ascender. La carta de recomendación, oficial o no oficial, casi siempre es la muleta para el que no camina bien.
- Si no realizamos la igualdad y la cultura dentro de la escuela, ¿dónde podrán exigirse estas cosas?
- La maestra que no lee tiene que ser mala maestra: ha rebajado su profesión al mecanismo de oficio, al no renovarse espiritualmente.
- Cada repetición de la orden de un jefe, por bondadosa que sea, es la amonestación y la constancia de una falta.
- Más puede enseñar un analfabeto que un ser sin honradez, sin equidad.
- Hay que merecer el empleo cada día. No bastan los aciertos ni la actividad ocasionales.
- Todos los vicios y la mezquindad de un pueblo son vicios de sus maestros.
- No hay más aristocracia, dentro de un personal, que la aristocracia de la cultura, o sea de los capaces.
- Para corregir no hay que temer. El peor maestro es el maestro con miedo.
- Todo puede decirse; pero hay que dar con la forma. La más acre reprimenda puede hacerse sin deprimir ni envenenar un alma.
- La enseñanza de los niños es tal vez la forma más alta de buscar a Dios; pero es también la más terrible en el sentido de tremenda responsabilidad.
- Lo grotesco proporciona una alegría innoble. Hay que evitarlo en los niños.
- Hay que eliminar de las fiestas escolares todo lo chabacano.
- Es una vergüenza que hayan penetrado en la escuela el couplet y la danza grotesca.
- La nobleza de la enseñanza comienza en la clase atenta y comprende el canto exaltador en sentido espiritual, la danza antigua -gracia y decoro-, la charla sin crueldad y el traje simple y correcto.
- Tan peligroso es que la maestra superficial charle con la alumna, como es hermoso que esté a su lado siempre la maestra que tiene algo que enseñar fuera de clase.
- Las parábolas de Jesús son el eterno modelo de enseñanza: usar la imagen, ser sencilla y dar bajo apariencia simple el pensamiento más hondo.
- Es un vacío intolerable el de la instrucción que antes de dar conocimientos, no enseña métodos para estudiar.
- Como todo no es posible retenerlo, hay que hacer que la alumna seleccione y sepa distinguir entre la médula de un trozo y el detalle útil pero no indispensable.
- El amor a las niñas enseña más caminos a la que enseña que la pedagogía.
- Estudiamos sin amor y aplicamos sin amor las máximas y aforismos de Pestalozzi y Froebel, esas almas tan tiernas, y por eso no alcanzamos lo que alcanzaron ellos.
- No es nocivo comentar la vida con las alumnas, cuando el comentario critica sin emponzoñar, alaba sin pasión y tiene intención edificadora.
- La vanidad es el peor vicio de una maestra, porque la que se cree perfecta se ha cerrado, en verdad todos los caminos hacia la perfección.
- Nada es más difícil que medir en una clase hasta dónde llegan la amenidad y la alegría y dónde comienza la charlatanería y el desorden.
- En el progreso o el desprestigio de un colegio todos tenemos parte.
- ¿Cuántas almas ha envenenado o ha dejado confusas o empequeñecidas para siempre una maestra durante su vida?
- Los dedos del modelador deben ser a la vez firmes, suaves y amorosos.
- Todo esfuerzo que no es sostenido se pierde.
- La maestra que no respeta su mismo horario y lo altera solo para su comodidad personal, enseña con eso el desorden y la falta de seriedad.
- La escuela no puede tolerar las modas sin decencia.
- El deber más elemental de la mujer que enseña es el decoro en su vestido. Tan vergonzosa como la falta de aseo es la falta de seriedad en su exterior.
- No hay sobre el mundo nada tan bello como la conquista de almas.
- Existen dulzuras que no son sino debilidades.
- El buen sembrador siembra cantando.
- Toda lección es susceptible de belleza.
- Es preciso no considerar la escuela como casa de una, sino de todas.
- Hay derecho a la crítica, pero después de haber hecho con éxito lo que se critica.
- Todo mérito se salva. La humanidad no está hecha de ciegos y ninguna injusticia persiste.
- Nada más triste que el que la alumna compruebe que su clase equivale a su texto.
Fuente: Educrea
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