EL CHUPACABRAS DE TRAIGUÉN

El chupacabras de Traiguén (Ilustración José Luis Monje)


  El realismo mágico existe, lo pude comprobar hace cinco o seis años atrás en el Hotel Traiguén, mientras unos parroquianos conversaban; yo degustaba uno de esos ricos chacareros que hacía la Lily en ese antiguo hotel. Ocurre que por esos días en un predio cercano al pueblo encontraron 10 aves muertas, atacadas aparentemente por el misterioso "chupacabras". Los cuerpos de 10 gallinas con sus vísceras dispersadas fueron encontrados por su dueña en la mañana en un corral situado cerca del patio de su casa.
  El hallazgo fue asociado de inmediato por los asistentes al restaurante del hotel como obra del mítico y diabólico "chupacabras", para ellos era una certeza. Indicaban que el misterioso depredador era un alienígena. Decían que al día siguiente atacó nuevamente en otra casa vecina y asesinó a otras cuatro aves. 
  Desde entonces, nadie en el sector había podido dormir, eso lo señalaba un hombre de manta y botas de gomas. El horrorizado y casi transfigurado hombre, recordó el momento en que - según él - salió al patio su vecina para alimentar a sus gallinas y patos y sólo observó cadáveres. 
  El hombre siguió el relato: "Era un espectáculo horrible, todas tenían un mordisco en la rabadilla y sus vísceras estaban desparramadas por todo el patio. Lo más extraño es que no había huellas del animal que provocó la matanza...Llevo años viviendo en este sector y jamás había visto una cosa igual. Sé distinguir cuando ha entrado al gallinero algún chancho, un perro, un zorro o una gúiña (gato silvestre), pero esto es de otro mundo".
  En el instante se produjo un silencio, paró la música y conversación en el lugar y, los curiosos nos acercamos al grupo para seguir escuchando el relato, mientras la Lily continuaba con los pedidos.
 Los concurrentes al Hotel Traiguén, tampoco encontrábamos explicación lógica a la muerte de las aves, y otros aseguraban que era el mítico "chupacabras" el causante de semejante matanza. Resultaba muy extraño que no se encontrara huellas que pudieran evidenciar la presencia de algún animal y, además, el patio de unos 20 metros de ancho por 60 metros de largo estaba protegido por rejas muy altas difícil de superar, se concluía.
  A esas alturas de la noche y conversación, el Hotel se había convirtiendo en un sesudo y casi científico centro de estudios internacional de lo paranormal, experto en "chupacabras".
  Un aporte de un versado parroquiano señalaba que "de tiempo en tiempo, la agencia especial estadounidense NASA realiza experimentos en Chile, que a científicos estadounidenses que se encontraban en el norte se les escaparon al menos tres experimentos genéticos" y que sólo lograron capturar a dos de ellos.
  Tras los correspondientes análisis de los "expertos del Hotel", se concluyó que era necesario dar cuenta de la situación a carabineros, con ojalá la intervención de una machi. Recuerdo que incluso salieron nombres de supuestos brujos y brujas del pueblo que algo podían hacer, finalmente, alguien señaló que como era algo entre el bien y el mal era necesario llevar a un cura para que haga algo similar a un exorcismo. 
  Lo cierto es que el momento fue puro realismo mágico, de los resultados de la supuesta denuncia a realizar, nunca más supe. Sin embargo, me he dado cuenta que unos toman excesivamente en serio el tema, viendo poco menos la presencia de extraterrestres en esto; otros lo toman para el soberano chacoteo. Pero, a lo mejor algo puede haber...


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